Imaginarme mil escenarios posibles de una conversación. Que decir, que me van a responder y que voy a responder yo. No querer quedar como un tonto por no escuchar y querer responder rápido y acertado. Pasa mucho, es parte... no siempre entendemos y muchas veces nos da 'cosa' preguntar un simple ¿qué?. No nos da vergüenza porque sea una mala palabra, viene de un cansancio de pedir y pedir que se repitan las cosas. Nos aleja esa sensación. En este capitulo te cuento una anécdota mía, donde la ansiedad se apoderó de mi. Donde casi que tuve MIEDO de que una persona me hable. De tener que escuchar un simple '¿cómo estás?' Es clave el acompañamiento de un terapeuta (psicólogo). A mi me ayuda muchísimo. Obvio que también buenas compañías, pero no siempre se puede tenerlas y no siempre uno se siente cómodo. La ansiedad que puede provocar la hipoacusia puede ser grande, puede darnos miedo pero si la conocemos, poco a poco podemos ir adoptándola como parte nuestra y si la entendemos, con ayuda extra tengo fe de que la podemos ir moldeando y trabajando para que no nos desespere.